Descripción enviada por el equipo del proyecto. Diseñado como una casa de fin de semana para una familia de seis, Casa Brújula toma su nombre del deseo de los clientes de trazar un nuevo curso a medida que hacen la transición desde una estancia prolongada en el Reino Unido devuelta a la vida en Canadá. Para lograr esto, el diseño del hogar trasciende la programación doméstica común, creando un lugar de resonancia espiritual que orienta y realza la experiencia del entorno. A través de su ubicación, masa, tectónica y materialidad, se equilibra la intimidad y la expansión, la luz y la oscuridad, la tierra y el cielo.
Ubicado en la Escarpa del Niágara, la ubicación de Compass House establece instrumentalmente la orientación. La casa se asienta en el nexo de las características de la tierra: bosques al oeste, una colina al sur, y 100 acres de campos al norte y al este. Situado detrás de la carretera, está rodeado por un bosque de árboles para proporcionar el windbreak y una sensación de recinto. Al acercarse desde el carril de la granja existente, el exterior blanco ayuda a registrar las estaciones, distintas en medio de los campos verdes del verano, y se funde en un paisaje invernal de luz menguante y nieve.
Las manipulaciones del paisaje ayudan a incrustar y conectar la casa a su sitio: construido con la característica piedra del campo encontrada ahí mismo, los bajos muros de contención crean un zócalo fundacional para la casa y una dinámica seccional realzada. Dos alas perpendiculares cubren un patio al aire libre íntimamente escalado. En respuesta a la horizontalidad baja del edificio, la forma totémica de la chimenea al aire libre agrega un contrapunto vertical crítico, al igual que las claraboyas colocadas estratégicamente en los planos de techo inclinados de la casa, que permiten que blandos escurrimientos de luz iluminen el interior. El ojo es atraído hacia arriba, estableciendo una relación intensificada y espiritual con un ambiente más amplio de cielo, sol y nubes.
La forma de la residencia principal innova sobre el precedente histórico de la casa de campo, una tipología intrínsecamente eficiente que se encuentra en toda Europa y partes de América del Norte. Con una estrecha huella alargada, todas las habitaciones y espacios disfrutan de luz natural y ventilación pronunciada. La longitud también permite una distribución equilibrada y efectiva de la programación, con un espacio familiar generosamente escalado pero íntimo, incluyendo a la cocina, el comedor y áreas de estar en el centro del plan, y los dormitorios cómodamente separados en cada extremo.
En el interior, los pisos y las paredes de roble blanco y nudoso cedro blanco son de textura y cálida. En contraste, el techo sobre el espacio principal es blanco, expansivo y aparentemente ilimitado. La diferencia en la materialidad hace eco de la unión de la tierra y el cielo fuera. En el exterior, el compromiso de la oficina con una arquitectura que perdura se manifiesta en el uso de materiales de construcción de bajo mantenimiento como revestimiento de tablas de cemento, ventanas de aluminio y un techo de acero. Construido para envejecer con gracia, la casa se mantendrá durante generaciones. La Fase Uno del proyecto ya está certificada por LEED Gold y su compromiso con la sostenibilidad se lleva a cabo en la Fase Dos con un diseño que prioriza la iluminación natural, la ventilación pasiva, los altos valores de aislación y la reducción de residuos de construcción. El suministro de un sistema geotérmico en tierra fomenta el objetivo de lo que ya es un rendimiento energético excepcional.
